Me miras, te miro y todo queda dicho.
Sabes engatusarme con esa sonrisa, con esa luz, con esa ingenuidad.
¿Qué buscas tras esa insinuación? ¿Qué esperas cuando me dedicas esa carcajada? ¿Qué anhelas cuando despiertas en mí compasión? ¿Cómo puedo desprenderme yo de tu amor?
Me inspiras, me haces vibrar, me das fuerzas para seguir, me haces disfrutar. Me encantas, te encanto, y nuestro amor es incondicional.
Ayer vi esta imagen, esta fotografía en mi retina, esta estampa ideal. Una madre disfrutando de las risas de sus hijos durante un momento cotidiano del día.
¿Ves a tu hijo sonreír?
¿Disfrutas observando cómo se ríe?
¿Crees que ríe lo suficiente?
¿Se divierte? ¿Juega? ¿Baila? ¿Canta? ¿Es feliz?
La risa es uno de los indicadores más visibles que nos ayuda a conocer cual es el estado emocional de un niño. Quizás pienses que todo está bien, con la vorágine de tu día a día, del trabajo, el colegio, los deberes, las tareas domésticas, los videojuegos…no te has parado a observar si tu hijo se divierte, se ríe o bromea a diario. Bueno, no te preocupes, no es tarde, simplemente hazlo ya. Para, observa e identifica.
¿Conoces la importancia de la risa en el desarrollo psíquico y físico de un niño?
El humor puede favorecer la capacidad de resilencia de los niños, además de ayudarles a enfrentarse al periodo difícil de la preadolescencia y la adolescencia. A través de imágenes por resonancia funcional (IRMf), un equipo de investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad Stanford ha hallado que algunas regiones del cerebro que responden al humor en adultos existen ya en niños de seis a doce años, aunque menos desarrolladas. “El humor es un componente muy importante de la salud emocional, ya que mantiene las relaciones, desarrolla la función cognitiva [del cerebro] e incluso quizá la salud médica”, señala Allan Reiss, uno de los responsables del estudio y director del Centro de Investigación en Ciencias Interdisciplinarias del Cerebro de Stanford. Y añade: “En particular, creemos que un sentido del humor equilibrado y coherente podría ayudar a los niños a enfrentarse con el período difícil de la preadolescencia y la adolescencia.” (Fuente: Revista Investigación y Ciencia)
Además de ayudar a tener una buena salud emocional, también beneficia a nivel físico:
- Estimula los órganos
- Fortalece el sistema inmunológico
- Alivia el dolor
- Protege el sistema cardivascular
Por tanto, no crees que podrías prestar más atención a la risa de tu hijo, y por qué no también a la tuya. La risa es contagiosa y podemos beneficiarnos toda la familia de ella, debido a las llamadas “neuronas espejo”, las cuáles activan una región cerebral (zona F5 o de premotricidad) que registra la actividad de una acción concreta, así como cuando estamos viendo realizar esa misma acción. Además, estas neuronas también están detrás de nuestra empatía, es decir, nuestra capacidad de ponernos en el lugar de los demás.
Después de escribir estas palabras, me paro, reflexiono y llego a la conclusión de cómo nos complicamos la vida a veces. De cuán difícil hacemos las cosas, de la poca importancia que le damos a otras tantas y de que al final, lo esencial es SIMPLIFICAR, como diría él.
Disfruta con tus hijos, vive momentos divertidos con tu familia, ríete de ti mismo, bromea, juega, relativiza, SÉ FELIZ.
Visto en http://playingcoaching.wordpress.com/