Tomado de https://moraelda71.wordpress.com/2015/05/31/cuando-confio-en-que-confio-ya-no-puedo-dejar-de-confiar/
He venido proponiendo algunas ideas que giran en torno a la expresión ¿Cómo confiar en lo que estoy haciendo para mi futuro?
He querido abordar este tema dado el interés que tiene para las personas encontrar posibilidades de ver con mayor claridad sus proyectos o su cotidianidad.
Asumamos que la confianza es una actitud que las personas asumimos para relacionarnos con el mundo interior y exterior. Esto implica convicción ante los hechos que asumimos como reales y anhelamos para nuestro bienestar emocional.
¡La confianza se sostiene sobre el interés en aquello que nos es necesario para supervivir!
Dos principios son fundamentales en esa declaración: Fe y Certeza
- Fe. En este principio la confianza parte del asumir que algo es así porque tomas la decisión de creer en ello, hasta confirmarlo.
- Certeza. Este principio de la confianza orienta a que hemos comprobado que algo es real desde la vivencia. En este sentido, generamos un compromiso con ese algo, centrado en el consenso de valores como la honestidad y la transparencia.
Sin embargo para que Fe y Certeza permanezcan es importante conocer su naturaleza:
Fe y Certeza son creencias naturales que provienen de nuestros estados internos.
Son modos de pensar en nuestras habilidades para conseguir una posición en el mundo que consideramos real. Son los principios que nos hacen describir lo que somos y los alcances que tenemos. En consecuencia, la Fe que percibimos en el exterior ha nacido de la combinación emoción+convicción dentro de nosotros. Es decir, si combinamos emociones positivas con decisiones, la realidad de nuestra confianza se alinea con el pensamiento o viceversa.
Tomemos en cuenta que internamente, no somos conscientes, a menos que nos equivoquemos, de los resultados que genera nuestra combinación.
Las personas no dudamos de nosotros mismos y nuestras capacidades, sólo hacemos combinación de emociones con pensamiento y sacamos a flote lo que de ello emerge para hacerlo realidad a través de la palabra.
Por ejemplo: sentimos miedo y pensamos que tenemos miedo, es muy probable que expresemos miedo y en consecuencia determinemos un comportamiento y un diálogo en torno al miedo para hacer algo.
Claves para autoconfiar:
- Determinar qué emociones acompañan mis acciones diarias, chequeando cual es la que más se repite cada vez que entro en actuación ante el mundo exterior
- Precisar qué pensamientos acompañan esa emoción cuando decido algo, o debo confiar en algo que hago o estoy por hacer
- Generar ejercicios de autoconciencia con emociones diferentes y el mismo pensamiento
- Autorrotular con palabras distintas las acciones y resultados que esperas
- Darse en permiso de aceptarnos como imperfectos y hacer de eso una aventura