Esta fábula es muy concisa acerca de su mensaje, nos llama la atención para todos aquellos que muchas veces hemos actuado con temor ante situaciones o personas que están en lo incorrecto. En ocasiones nosotros sabiendo que tenemos la razón y estando seguros que estamos haciendo lo correcto, no tenemos el valor suficiente para enfrentar aquella persona que está en un grave error. La autoridad es una característica buena para nuestras vidas, por supuesto que no hay que confundirla con el autoritarismo porque este es un abuso de ella. Pero todos tenemos que tener el valor suficiente para enfrentarnos a los problemas de frente, no vamos a esperar a que otros lo hagan por nosotros, porque de esa manera crearemos una mentalidad y una actitud débil en nuestra persona.
El niño y el gusano de ortiga
Un día un niño paseaba alegremente por un predio que se encontraba cercano a su hogar, jugando, saltando, admirando las plantas y todas las demás creaciones de la naturaleza, cuando de pronto de él se apoderó la curiosidad, cuando al observar entre las hojas de un árbol a un gusano de ortiga. Al niño no le basto con observarlo, pues él quería tocarlo con su mano. Despacio se acercó y con delicadeza y suavidad acaricio al gusano con su pequeña manita. Pero pareciendo que al gusano no le agrado esto, este hirió la mano del niño, el cual pegó un grito de dolor y muy asustado no sabía qué hacer, lo único que se lo ocurrió es decírselo a su madre.
El niño corrió velozmente hasta su casa, aguantando el dolor en su mano, llegó a su hogar, entro y gritando llamó a su madre, le decía -¡mamá, mamá! Ven deprisa, ¿Dónde estás mamá? La madre del niño muy asustada salió al encuentro de su amado hijo, preguntándole ¿Qué te pasa hijo? Responde ¿Qué es lo que te ha pasado? Viéndolo con cierto consuelo al observar que no tenía nada demasiado grave. Entonces el niño le comento –madre, un gusano que se encontraba en medio de las hojas de un árbol me hirió fuertemente en mi mano, yo no le hice nada, yo solamente lo traté de acariciar con mucha suavidad y delicadeza, nunca quise hacerle daño pero el gusano me hirió, así proclamaba el niño a su madre, la cual con su sabiduría habló a su hijo y le dijo las siguientes palabras.
-Por esa razón el gusano te hirió, si otra vez te encuentras con esa clase de gusanos,agárralo con decisión en tu mano, olvídate de la suavidad o las caricias, a estos gusanos los tomas con autoridad y se sostienen con fuerza, si lo haces de esta manera te darás cuenta que el gusano se volverá tan suave como la seda en tus manos y no volverás a sufrir ningún daño por parte de él.
Reflexión
En este mundo existen toda clase de personas, desde las más irreverentes hasta las más educadas y respetuosas del mundo, pero muchas veces las personas que se jactan de ser insolentes o que presumen de ser delincuentes y de tener el control de todo lo que pasa a su alrededor, a estas personas se les debe de tratar con mucha autoridad, se debe ser claro con ellos que existen reglas en la sociedad que prevalecen sobre todos, incluyéndolos a ellos mismos, de igual forma hay situaciones que requieren ser tomadas con autoridad y confianza, no dejando espacio al temor, porque si no, seremos nosotros los que terminaremos siendo maltratados y sufriremos las consecuencias de no estar firmes en nuestra actitud.
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