La mayoría de nosotros pasa una gran parte del día hablando o interactuando con su entorno. Has reparado alguna vez en, ¿cuál es el tema de la mayoría de tus conversaciones?, ¿de qué sueles hablar?, ¿has cambiado alguna vez de opinión?, ¿sacas tu el tema de conversación?
¿Hablas sobre asuntos específicos o en general sobre distintas cuestiones?, ¿sobre qué, política, religión, ciencia, deporte? sobre éstos temas, ¿estás dispuesto a escuchar opiniones totalmente diferentes?, ¿lees argumentos y escuchas con atención a quienes no piensan lo mismo, intentando entender el porqué?, ¿asumes sin cuestionar idearios o argumentarios de alguna organización para no pensar demasiado?
Quizás hablas de personas o sobre personas, ¿son tus conocidos o allegados?, la mayor parte del tiempo ¿hablas bien o mal?, ¿te preocupas por ayudarles y animarles o simplemente te quedas en la crítica o el típico “tienes que” que tú tampoco llevas a cabo? ¿Esparces rumores, hablas a sus espaldas o les expresas tu disconformidad con alguno de sus comportamientos específicos con la intención de que mejoren?
¿Qué lees?, ¿siempre el mismo periódico, la misma revista?, ¿varías en tu lectura: ensayos, novelas, ficción?
Si ves la televisión o buceas en Internet ¿qué acostumbras a ver?, ¿sobre qué versan esos programas? ¿qué aprendes de ellos?, ¿cuánto crees que te afecta o te influye lo que ves? Alguna vez te has dado cuenta de ¿cómo te encuentras emocionalmente cuando eres espectador?, ¿de qué cosas huyes y qué te gusta ver?
Crees que con tu rutina para actualizar tu información, ¿tienes acceso a nuevas ideas y matices que te hagan crecer?, ¿ser mejor persona?, ¿más útil a los demás?
¿Cuánto crees que depende tu éxito de la información que recibas nueva y de lo que ocupe tu tiempo al hablar?
Recuerda que lo que alimenta tu mente es lo que hará el éxito o el fracaso de tu vida. Si decides hacerlo con envidia, odio, celos, violencia, diferencia, crítica o con esfuerzo, colaboración, ayuda, paz y tranquilidad, amor, empatía, compasión.
Aún te preguntas ¿cómo no tienes pensamientos positivos? Piensa en lo que “consumes”.
Hoy más que nunca tienes a tu alcance toda la información que necesitas y seguramente puedes encontrar el tiempo necesario en el que ahora estás dedicando a trabajar en contra de tu desarrollo. No busques excusas, busca razones.
Nada es inocuo, si no eres consciente. Siempre será tu decisión lo que elijas pensar.
Visto en http://arucacoach.me/