Cuando nuestro trabajo pasa de desempeñar tareas a liderar equipos, el cambio de entorno y de habilidades necesarias cambia demasiado para llevarse a cabo sin ayuda o una profunda reflexión sobre las personas.
De unas simples cifras que admiten sin quejarse todo tipo de formatos, colores y encajes para representar la marcha de la compañía, nuestro foco debe desconectar el zoom para que a estos números se añadan todas las personas que están inmersas en ese proyecto y quepan en la escena que debemos liderar.
En el caso de las personas, hablamos de mentes totalmente diferentes que se unen con su variedad y sus matices para enriquecer el trabajo. Esto implica que nuestro esfuerzo ya no va dirigido a nuestras habilidades y su demostración en exclusiva, sino que potenciar las de los demás y hacer que trabajen para el resto es un gran y nuevo reto.
Intentar que…
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