La reflexión que os propongo para acabar la semana, blogueramente hablando J, tiene como base un cuento budista que explica de manera muy práctica lo que implica el proceso coaching y seguro estimulará vuestra imaginación, creatividad y la confianza en vosotros mimos.
Al mismo tiempo, os dará una pista sobre cómo usar vuestra inteligencia para buscar las respuestas, donde están y no dónde no están, incluso cuando el lugar te parezca muy oscuro.
“Una tarde la gente vio a Rabiya buscando algo en la calle frente a su choza. Todos se acercaron a la pobre anciana,
_ ¿Qué pasa?-le preguntaron-¿qué estás buscando?
―Perdí mi aguja, dijo ella. Y todos la ayudaron a buscarla. Pero alguien le preguntó: ―Rabiya, la calle es larga, pronto no habrá más luz. Una aguja es algo muy pequeño ¿porqué no nos dices exactamente dónde se te cayó?.
―Dentro de mi casa, dijo…
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