En cuántas ocasiones hemos pensado que tomar una decisión acerca de una situación que nos atañe era imprescindible y no lo hemos hecho.
Hemos preferido ir construyendo con cada pensamiento un barrote de nuestra jaula en la que cada vez era más difícil moverse y nos costaba hasta respirar.
La ansiedad de atisbar un futuro nada halagüeño ha sido la excusa para seguir disfrutando de ese aire irrespirable, de esos pensamientos que iban minando nuestra determinación, nuestra autoestima, nuestro entusiasmo, nuestra ilusión. Despojándonos de todo lo habíamos construido con esfuerzo.
La mente es clave en nuestra actitud, si demoramos mucho estas decisiones, esa actitud no sólo flaquea, si no que nos pone en una situación cada vez más difícil que afecta a nuestro propio ser. Dudamos de nosotros mismos.
Lo que hacemos o tenemos no puede ser una puerta abierta para que cualquier circunstancia haga temblar los cimientos de…
Ver la entrada original 332 palabras más