A menudo se dice que el esfuerzo refuerza el sujeto y esa teoría se usa para descartar, de nuevo, la meditación.
Primero aclarar que aquí no hablamos de esfuerzo o cansancio físico sino mental…
Es cierto que el esfuerzo refuerza la idea de sujeto o mejor dicho, solo aparecerá sensación de esfuerzo cuando exista idea de sujeto.
Porque esa sensación de esfuerzo, es simplemente el agotamiento que produce la acumulación de miles de momentos en que nos sentimos “frustrados” porque las cosas no van como esperábamos o porque nos preocupa algo del futuro…
No hay otro esfuerzo.
El esfuerzo entendido como una voluntad actuando y cansándose es un error de apreciación.
No hay hacedor, no hay voluntad y por tanto no hay un “músculo” mental que sea la voluntad o el esfuerzo y que “movemos” cada vez que queremos lograr algo. O que debamos entrenar para tener “más voluntad”.
Como no hay ese “músculo mental”, ese músculo inexistente no puede cansarse ni mejorarse. La voluntad no se cansa, ni se agota pero tampoco se mejora. Porque no existe. Pero sí existen condiciones que nos harán persistir más, que nos motivarán más o menos a repetir sesiones de meditación o a alargarlas… pero son externas o de origen indirectamente externo, por ejemplo leer un autor que nos entusiasme o ver un maestro que nos haga creer que la liberación es posible con su magnetismo.
Así pues cuando decimos “eso me agota”, en realidad estamos diciendo “mi resistencia a eso me hace sufrir y ya estoy agotado de sufrir”.
Por eso un maestro puede mirarte mal si le hablas de “lo mucho que te esfuerzas”, pues él, aunque medite 15 horas seguidas, quizá puede cansarse, pero no realiza esfuerzo, su mente sigue relajada y sin tensiones.
Tú realizas algo que llamas “esfuerzo” cada vez que reflexionas sobre la sesión de meditación y no la encuentras perfecta… sufres y te agotas o cuando te monitorizas continuamente juzgando negativamente cada pensamiento que aparece, cuando piensas que “no consigues nada”, etc…
Y por eso, Nisargadatta siempre solía amonestar a sus discípulos cuando le hablaban de esfuerzo pero no porque no les pidiera que practiquen (pues lo pedía), sino porque esfuerzo implica que juzgas tu práctica, o que ansías una práctica diferente o que te lamentas por supuestos errores pasados, etc… Resumiendo, porque “despiertas” al sujeto continuamente.
El que simplemente practica, sin añadir nada, sin juzgar, ni ansiar, no se esfuerza, no se cansa y no refuerza el sujeto.
Pues sin ningún esfuerzo la hierba crece y las cosas son hechas.
Fuente: https://petitcalfred.wordpress.com/2015/01/23/sobre-el-esfuerzo/