Queridos lectores, en esta ocasión quiero compartir con ustedes “El juicio del hombre en la Edad Media”. En esta pequeña, pero intensa fábula conoceremos que aún en los momentos de mayor complicación, cuando vemos que no existen salidas, nuestra imaginación e inteligencia pueden salvarnos. Cultiva estos dos factores porque sin ellos te someterás ante cualquier obstáculo que tus adversarios o el propio destino te impongan.
Cuenta una antigua leyenda que en la Edad Media un hombre muy virtuoso fue injustamente acusado de asesinato. El culpable era una persona muy influyente del reino, y por eso desde el primer momento se procuró hallar un chivo expiatorio para encubrirlo.
El hombre fue llevado a juicio y comprendió que tendría escasas oportunidades de escapar a la horca. El juez, aunque también estaba confabulado, se cuidó de mantener todas las apariencias de un juicio justo. Por eso le dijo al acusado: “Conociendo tu fama de hombre justo, voy a dejar tu suerte en manos de Dios: escribiré en dos papeles separados las palabras ‘culpable’ e ‘inocente’. Tú escogerás, y será la Providencia la que decida tu destino”.
Por supuesto, el perverso funcionario había preparado dos papeles con la misma leyenda: “Culpable”. La víctima aun sin conocer los detalles, se dio cuenta de que el sistema era una trampa. Cuando el juez lo conminó a tomar uno de los papeles, el hombre respiró profundamente y permaneció en silencio unos segundos con los ojos cerrados. Cuando la sala comenzaba ya a impacientarse, abrió los ojos y, con una sonrisa, tomó uno de los papeles, se lo metió a la boca y lo engulló rápidamente. Sorprendidos e indignados, los presentes le reprocharon.
-Pero, ¿qué ha hecho? ¿Ahora cómo diablos vamos a saber el veredicto?
-Es muy sencillo -replicó el hombre-. Es cuestión de leer el papel que queda, y sabremos lo que decía el que me tragué.
Con refunfuños y una bronca muy mal disimulada, debieron liberar al acusado, y jamás volvieron a molestarlo.
Reflexión
¿Qué se nos dice en El juicio del hombre en la Edad Media? Siempre hemos detestado las situaciones apremiantes, pero tal vez nunca hemos reparado que son en esos momentos de mayor dificultad donde uno puede encontrar también las soluciones más brillantes. Pensemos en estas circunstancias como los retos para probarnos de qué madera estamos hechos. Sí, existe malicia en el mundo, hay personas que nos harán daños, pero nunca agaches la cabeza, eso es sólo admitir la derrota. Tu inteligencia, tu habilidad te servirán para alcanzar la cima de tus sueños.
Fuente: http://pymex.pe/suplementos/la-fabula-de-la-semana/el-juicio-del-hombre-en-la-edad-media?utm_source=email+marketing&utm_campaign=01-FAB-MG&utm_medium=email