Esta fábula aporta una gran lección a nuestras vidas, muchas veces nosotros destacamos al realizar ciertas actividades que otras personas no pueden hacer, o en ocasiones es de forma contraria y los demás realizan labores o cualquier tipo de actividad que nosotros no somos capaces de realizar.

Es que en la vida todos somos buenos en muchas cosas y en otras cosas no somos tan buenos que se diga, cada persona tiene virtudes y cualidades diferentes, pero esto acarrea que también poseamos defectos distintos, pues nadie es perfecto.

Pero a causa de esto, muchas veces la envidia crece en nosotros y se torna un problema cuando no somos capaces de controlarla, pues nos lleva a tomar acciones que no son correctas o que son inmorales, por tal razón lee la siguiente fabula con atención y toma muy en cuenta su reflexión.

  La fábula del asno y la perrita faldera

Esta es la historia de un granjero muy conocido en su comunidad, un día el mismo decidió ir a echar un vistazo a sus animales de carga, los cuales eran muchos, pero entre ellos existía un asno, el cual se sentía muy orgulloso por ser considerado el favorito de este hombre granjero. Gozaba de muchos privilegios, pues siempre era el mejor alimentado de todos e incluso en ocasiones también era el que cargaba a su amo sobre él.

Cuando el granjero entro al establo, detrás del corría a toda prisa su pequeña perrita faldera, esta no se cansaba de dar vueltas alrededor de su amo, de saltar, de parase sobre dos patas, bailaba, lamia sus manos, en fin,hacía de todo por tener la atención de su amo.

El granjero al darse cuenta de las gracias que la perrita hacía para que le prestase atención, de su bolso saco un pequeño bocadillo y se lo entrego. Luego el granjero comenzó a dar las indicaciones correspondientes a sus empleados, de modo en que se sentó para sentirse más cómodo.

La perrita al ver esto, no dejo escapar la oportunidad para saltar sobre el regazo de su querido amo, la cual se quedó ahí como que estuviese en el mejor lugar del mundo, solamente disfrutando de las caricias que su amo le hacía en las orejas, mientras daba órdenes a los demás.

Pero existía alguien que había estado observando todo lo que la perrita faldera hacía con lujo de detalle, y parecía que no estaba nada contento por como expresaba el cariño hacia su amo.

Se trataba de aquel asno preferido en el establo, el cual sin pensarlo dos veces se soltó de su jáquima y comenzó a pararse sobre sus dos patas traseras y a realizar movimientos muy similares al de la perrita, pues pensó que imitándola también será capaz de llamar la atención y el afecto de su amo.

El asno se acercó al granjero y puso sus patas frontales sobre los hombros de aquel granjero que lo único que hacía era reír sin parar. Inmediatamente los empleados tomaron al asno a base de palos y horcas, demostrándole que esta no era una actuación correcta para alguien de su especie.

Reflexión

Muchas veces dejamos que el éxito de otras personas influyan nuestra manera de ver las cosas, inclusive contando ya con algunos privilegios, nosotros siempre estamos anhelando lo que el otro tiene, es cuando surgen los malos consejos que recibimos de nuestros celos.

Consejos que terminan siendo destructivos en nuestras vidas y que nos llevan a actuar muchas veces de una manera incorrecta que solo nos hace quedar mal. Debemos aprender a darle el valor que corresponde a cada persona y darnos nuestro propio valor.

Visto en http://pymex.pe/suplementos/la-fabula-de-la-semana/la-fabula-del-asno-y-la-perrita-faldera-20550