En esta ocasión traemos para ti una historia muy significativa para nuestras vidas, una lección muy importante y valiosa en el cual aprenderemos sobre nuestras capacidades, las cuales son únicas y no imitaciones de otras personas. Cada individuo tiene su propio valor, este valor que se caracteriza a través de cualidades especiales y maravillosas dentro de nuestro ser, pero muchas veces perdemos el objetivo de nuestra mirada, en ocasiones declinamos nuestros sueños y metas, y convertimos el anhelo de alguien más en el nuestro.
Este resulta un error muy grave, perdemos nuestra propia identidad que nos diferencia de los demás y las consecuencias no se hacen esperar, ¿estas actuando bajo tus propios y correctos criterios? O ¿estás dejando que el éxito de alguien más te inquiete? La siguiente historia te hará reflexionar sobre lo importante que es este tema.
El águila, el cuervo y el pastor
Una vez desde lo más alto de una cima que roza las nubes, se encontraba una águila esplendorosa, revoloteaba sus alas mostrando a las demás aves su gloriosa presencia con la que ha sido dotada, momentos después esta al padecer de hambre decidió lanzarse directamente desde lo más alto de la cima en que se encontraba, justamente al objetivo que sus ojos ya habían fijado con anterioridad, su víctima fue un corderito que se encontraba en una manada que apacentaba un pastor junto a su pequeño hijo.
La caza que emprendió el águila fue un rotundo éxito, ya que al tomar al corderito con sus poderosas garras esta alzo su vuelo y lo arrebato de en medio de las demás ovejas y llevándola hacia un lugar tranquilo donde esta preciosa ave pidiese saciar su hambre.
Toda esta secuencia de hechos fue observada a través de los ojos de un cuervo que se encontraba en ese lugar, esta ave sorprendida pensó que si fuere capaz de imitar la hazaña hecha por el águila, entonces se consideraría una ave de igual gloria y poder.
Sin pensarlo más el cuervo decidió lanzarse sobre la manada y cuando descendió tomo un carnero de la misma forma en que el águila había obrado, sin embargo la inexperiencia en la caza le pesó más de lo que esperaba, pues sus garras quedaron enredadas en medio de la resistente lana del carnero y por más que intento emprender su vuelo jamás pudo despegarse siquiera un poco de su presa.
Rápidamente el sonido que el cuervo hacia moviendo sus alas de forma desesperada llamó la atención del pastor que cuidaba el rebaño, al observar lo que sucedía se apresuró a capturar al cuervo que estaba atrapado, lo tomó en sus manos y corto las plumas de sus alas y se lo entrego a su hijo. El niño sorprendido de lo que había sucedido le pregunto a su padre – ¿Qué clase de ave es esta? A lo que su padre respondió: este es un cuervo que cree que tiene la capacidad de un águila.
Reflexión
Como mencionamos al principio, cada persona o individuo ha sido capacitado con diferentes virtudes, únicas y especiales. Ningún ser humano es igual a otro, sin embargo muchas veces apreciamos el éxito de las demás personas y tratamos de imitar sus logros, haciendo a un lado nuestro propio camino. Esto nos conducirá al fracaso, hay cosas para los cuales no estamos preparados aún, tú puedes a tener éxito igual o incluso mayor a tu prójimo, pero no debes de tratar de tomar atajos, desarrolla tus capacidades y realiza labores para los cuales ya estás listo, paso a paso llegaras al final del camino.
Tomado de http://suplementos.pymex.pe/