Piensa en tu equipo de trabajo, en tu organización, en tu familia, en tu grupo de amigos y reúnelos mentalmente en un invernadero, el espacio en el que vas a construir.
Piensa en un lugar en el que ellos, como plantas, deben crecer y vivir pero, hazlo desde tu perspectiva como jardinero encargado de que todas lleguen a buen puerto.
Si te das cuenta, en casi todos los grupos hay muchas plantas que tú no has elegido y sin embargo están ya situadas en tu invernadero, por lo tanto, ya son tu responsabilidad y por lo tanto parte de tu cuidado.
Si quisieses ser un buen jardinero, qué te parece en primer lugar, informarte sobre qué tipo de plantas y cómo son los cuidados que requieren, las que tienes a tu cargo. En este caso te conviene escuchar y observar durante bastante tiempo cómo se desenvuelven “tus plantas” en ese entorno.
Si esta fase la llevas a cabo minuciosamente podrás concluir, qué cuidados son los que hacen crecer a tus plantas, es decir, cuáles son los valores importantes para ellas en los que basan sus decisiones, qué les motiva e importa y cuáles son las circunstancias en las que mejor se desarrollan.
En este periodo es cuando tú empiezas a valorar con qué plantas quieres contar en tu invernadero porque son compatibles, cuáles mejoran el ambiente y con cuáles no quieres contar por su toxicidad, por requerir excesivos cuidados y/o porque perjudican a las demás. Observando además si probando con otras técnicas u otras instrucciones sobrevivirían o convivirían sin ser perjudiciales para el entorno.
Es tu responsabilidad, como jardinero, crear un entorno de apoyo y confianza en el que todas las plantas se sientan a gusto, por lo tanto, lo que no podrás hacer es imponer tus reglas o tus criterios sin tener en cuenta las peculiaridades de las especies que quieres que crezcan dentro.
Es decir, que puedes optar por escogerlas o hacerlas todas iguales a ti, por lo que algunas no podrían seguir allí, por elegir otras distintas que te puedan ayudar a innovar y a mejorar el desarrollo de las que tienes, aunque tú no seas el protagonista sino un mero observador. Puedes optar por las más sensibles y delicadas que te necesiten continuamente y te hagan sentirte imprescindible. Quizás por las que no necesitan casi cuidados, y entonces no decidirás en función de otros criterios a los que renunciarás porque necesitan más esfuerzo. Imagina alguna más de las infinitas situaciones posibles …
O quizá puedes poner el reto y el desafío en ti mismo y ser capaz de tener un invernadero con una buena representación de todas esas plantas que te gustan por distintas razones y querer ser tan buen jardinero que tu combinación y tus cuidados sean la clave de tu éxito.
Para ello tendrás que elegir y descartar muchas veces puesto que, algunas de esas plantas no podrán o no querrán vivir juntas, y dar gusto a todas, siempre, no tendrá solución con abono y riego igual.
La adecuada temperatura, humedad, las horas de luz, de dedicación, en conjunto los factores ambientales serán los que tengan que ser constantes. De ti depende hacer un buen análisis de lo quieres que en él viva, el placer que te reporten, lo que aprendas. lo que crezcas y lo que acabes haciendo de él.
¿Has pensado alguna vez en cómo es tu invernadero?
Tomado de http://arucacoach.me/
Lo cierto es que nunca lo habia enfocado de ese modo. Muy interesante el articulo!!!
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Muchas gracias por tu comentario!
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