Por Rosa Coto
Si, habéis leído bien, he escrito “ResponsHabilidad” y no “Responsabilidad”, por mucho que el corrector de texto se empeñe en corregir la palabra he puesto deliberadamente una “H”. Esta es probablemente una de las “distinciones” que más me gusta y que más trabajo también en los procesos de Coaching.
Suelo explicar la distinción como: RESPONS/HABILIDAD = HABILIDAD PARA ENCONTRAR RESPUESTAS
Hay muchas situaciones en la vida en las que utilizamos una parte ingente de tiempo en preguntarnos ¿por qué?: ¿por qué tiene que estar pasando esto?, ¿por qué a mí?, ¿por qué no me di cuenta antes?, ¿por qué no se comporta de un modo diferente?, ¿por qué no me reconocen lo que hago?,…. o bien en las que construimos un montón de “quejas” alrededor de aquello que está sucediendo: “no es justo”, “como es posible que se esté comportando así” , “no debería ser de esta manera”, “yo no merezco esto”, “no es culpa mía”…
En la mayoría de los casos ni el preguntarnos “por qué” ni el “quejarnos” de la situación la cambia, sólo parece que nos da, sobretodo en el caso de la queja, el alivio momentáneo de una emoción, lo que en el argot del Coaching llamamos “ventilar”. Y no digo que eso esté bien o mal, pero lo cierto es que no suele cambiar nada de lo que pasa ni de lo que te pasa a ti con eso que pasa. Esta frase, que nace de dos preguntas que solía hacer Virginia Satir en sus terapias (“¿Qué te pasa?” y “¿qué te pasa con lo que te pasa?”), creo que es de vital importancia, ya que frecuentemente lo que veo en los procesos de coaching (y que también podemos ver en la vida a nuestro alrededor o incluso si nos observamos a nosotros mismos), es que hay personas que frente a una determinada situación la viven de una forma en la que son capaces de encontrar posibilidades para avanzar, aceptar, o vivir lo que pasa, mientras que otras personas, en la misma situación, la viven de una forma que les paraliza o les imposibilita avanzar de modo satisfactorio, generándoles un malestar permanente que cuando se “solidifica” les lleva a asumir roles de “victima”, de “cinismo” o “resentimiento”, que difícilmente facilitan el cambio, y que además suelen generar sufrimiento.
Pero, y si frente a esas situaciones en lugar de tantos porqués o de quedarnos ahí “aguantando” impasibles (o no tan impasibles) una situación que no es la que queremos nos preguntáramos a nosotros mismos: ¿qué habilidad tengo que desarrollar yo para dar respuesta a esta situación?. Cuando hablo de “habilidad” me refiero a ¿qué puedo hacer distinto en esta situación para conseguir un resultado distinto?, ¿que necesito aprender?, ¿qué necesito desaprender? ¿qué tengo que soltar/aceptar/ que me pesa y no me está permitiendo avanzar y aprender de la situación?. Aquí podemos encontrar todo tipo de habilidades: pueden ser habilidades de comunicación, de gestión de emociones, etc., etc.
Y es cierto, no siempre podemos cambiar lo que pasa, pero lo que si podemos es elegir lo que hacemos con lo que nos pasa. De esa “habilidad” para encontrar respuestas es de lo que os quería hablar hoy.
Visto en http://elcoachingpsicologico.wordpress.com/