En un concurso, en eso es en lo primero que pienso cuando leo este enunciado: «Todo o nada», y si no, ¿cuántas veces al apostar o jugar hemos dicho cosas así? ¿doble o nada, todo o nada?,o cara a elegir verlo todo, ¿o blanco o negro? ¿”no me gustan las medias tintas”?, o cuando te preparas para hacer algo, ¿“o lo hago o no lo hago”?, ¿”o lo termino o no empiezo”? ¿ “o es diario o no es nada”?, ¿”o lo hago bien o no lo hago”?
Además de conformar todas ellas, elecciones reduccionistas, cuyo resultado sólo puede ser negativo o positivo, este tipo de cuestiones, que en principio parecen simplificarnos la vida, trasladadas a nuestra personalidad como un modelo de elección a seguir, pueden plantearnos ciertas distorsiones, por ejemplo boicoteando nuestra autodisciplina. Casi siempre quien apuesta «todo o nada» termina con nada.
Si decides por ejemplo empezar…
Ver la entrada original 681 palabras más