Aruca Gómez | Leadership, Coaching & Communication
¡¡Oh la culpa!! Esa gran compañía que cuando se instala en tu mente te hace merecedor de todas las adversas vicisitudes que te pueda arrojar el azar. Que no te deja dormir, que rememora y magnifica una y otra vez el momento, lo que hiciste, lo que pudo ser y no fue, lo que tenías que haber dicho, una y otra vez hasta desear encontrar el botón de on y off de tu cerebro para acabar con el tormento. Todo esto tumbado en el sofá o recostado en la silla…sin actividad.
Y,¿ para qué? Para nadaaaaaa. Para conseguir que esa tortura absurda gaste todas tus energías, las que necesitas para levantarte y seguir adelante, viviendo, equivocándote, acertando y disfrutando. Sin embargo te arrojas en sus brazos, ofreciéndole tu autoestima y hablándote como el peor de tus enemigos.
Y en qué basas esos argumentos, en creencias…
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