La inteligencia emocional aplicada al liderazgo

Comienzo con esta primera publicación a tratar el tema de la inteligencia emocional y su relación con el liderazgo. El texto que voy a publicar hace referencia a los conceptos que Daniel Goleman desarrolla en su libro La inteligencia emocional en la empresa (1998). 

Introducción

A la hora de evaluar las cualidades de una persona para ejercer el liderazgo de un equipo de trabajo, ¿cuales son los aspectos a tener en cuenta? Las habilidades y conocimientos técnicos juegan un rol importante, ¿pero que tan importantes son las habilidades para relacionarse con otras personas? ¿Tienen el mismo peso a la hora de decidir entre varios candidatos? ¿Cuales deberían ser las aptitudes personales (iniciativa, empatía, etc.) a considerar en cada candidato? Además del conocimiento técnico, ¿cuales otras aptitudes definen o ayudan a un mejor liderazgo?  A igualdad de conocimientos y habilidades técnicas, ¿como decidirse entre varios candidatos a ocupar una posición de liderazgo?

Estas y otras preguntas similares son las que motivan este trabajo, tomando como referencia los conceptos que Daniel Goleman describe en su libro La inteligencia emocional en la empresa (1998).

Comenzaremos por definir lo que se entiende por inteligencia emocional, para pasar luego a describir la importancia de esta habilidad en una posición de liderazgo. Continuamos con una breve descripción de los componentes de la inteligencia emocional y su efecto sobre el liderazgo. Finalizamos el presente trabajo con una serie de conclusiones respecto al tema tratado.

 ¿Que es la inteligencia emocional?

Daniel Goleman define a la inteligencia emocional como “la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos y los ajenos, de motivarnos y de manejar bien las emociones, en nosotros mismos y en nuestras relaciones”. Vemos que la definición de este tipo de inteligencia difiere totalmente a la definición de inteligencia académica, concepto que hace referencia a lo que usualmente medimos con el Coeficiente Intelectual (CI). Podemos hacer un paralelo entre nuestra capacidad intelectual medida mediante el CI y nuestra capacidad emocional, medida mediante el CE (coeficiente emocional).

Para alcanzar un alto CI para un determinado puesto dentro de una organización, tenemos claro que el camino es desarrollar las capacidades necesarias para completar las tareas requeridas en esa posición. Cabe la siguiente pregunta, en relación a la inteligencia emocional: ¿como logra un individuo, un equipo de trabajo o una empresa en general, aumentar su coeficiente emocional?. La respuesta de Goleman a esta pregunta es que debemos aprender a desarrollar una serie de aptitudes emocionales que forman parte de cada una de las cinco dimensiones de la Inteligencia Emocional, las cuales son:

  • Conocimiento de uno mismo
  • Motivación
  • Autorregulación
  • Empatía
  • Destreza para las relaciones

El total de aptitudes emocionales relacionadas con las cinco dimensiones mencionadas suman un total de 25, lo cual no quiere decir que para tener un desempeño excelente, sea necesario dominar las 25 aptitudes. Es suficiente el dominio de un grupo de al menos 6 aptitudes relacionadas con cada campo de la inteligencia emocional.

¿Por qué es importante la inteligencia emocional?

Hace ya un tiempo que las reglas en el mundo laboral están cambiando en cuanto a los parámetros con los cuales se juzga a los líderes. Las habilidades relacionadas con la preparación para llevar adelante una tarea o la experiencia con la que cuentan, van dejando lugar a una nueva medida de desempeño: como se manejan con ellos mismos y con los demás miembros de la organización.

Las nuevas medidas para determinar la aptitud y el desempeño de un líder dan por sentado que tiene la capacidad intelectual y la preparación técnica para desempeñarse en el puesto para el cual fue o será elegido. Los nuevos parámetros de desempeño se concentran en cualidades personales como la iniciativa, la empatía, la capacidad de adaptarse y la persuasión entre otras.

Esta nueva forma de evaluar el desempeño de un líder no es antojadiza, dado que una serie de investigaciones realizadas por Daniel Goleman sobre casos de lideres con un desempeño magro pero que contaban con un CI elevado para las tareas que les fueron encomendadas, muestran que las principales falencias encontradas se debían a la falta de aptitudes relacionadas con la inteligencia emocional.                      

¿Cuantos casos conocemos de personas con una inteligencia y capacidades muy superiores a la media, pero que tuvieron un magro desempeño al frente de un equipo de trabajo?  Y estos casos se repiten en innumerables organizaciones a la hora de elegir un supervisor, un gerente o un director. ¿Cual es el motivo del fracaso de estas personas que cuentan con un conocimiento acabado de las tareas a desempeñar por el equipo de trabajo? Como mencionamos antes, las habilidades técnicas no aseguran el éxito en el liderazgo. Reforzando estas ideas, Goleman comenta: “¿Qué factores entran en juego, por ejemplo, cuando las personas que tienen un elevado cociente intelectual tienen dificultades y las que tienen un cociente intelectual modesto se desempeñan sorprendentemente bien? Yo afirmaría que la diferencia suele estar en las habilidades que aquí llamamos inteligencia emocional, que incluye el autodominio, el celo y la persistencia, y la capacidad de motivarse uno mismo. Y estas habilidades, como veremos más adelante, pueden enseñarse a los niños, dándoles así mejores posibilidades de utilizar el potencial intelectual que la lotería genética les haya brindado”.

Complementando lo expuesto, Goleman sostiene: “En una época en la que ningún puesto está asegurado y el concepto mismo de “empleo” va siendo rápidamente reemplazado por el de “aptitudes portátiles”, éstas son cualidades fundamentales que nos hacen buenos candidatos a obtener y conservar el puesto. Por décadas se habló de ellas sin precisión, dándoles una variedad de nombres: desde “carácter” y “personalidad” a “habilidades suaves” y “aptitud”; por fin tenemos un conocimiento más exacto de estos talentos humanos y un nuevo nombre para designarlos: inteligencia emocional”.

Resumiendo los conceptos expuestos, la inteligencia emocional complementa las habilidades técnicas que llevaron a una persona a un puesto de liderazgo. Estas habilidades complementarias que la persona debe aprender a dominar, si es que no tiene alguna de ellas, son las que ayudarán para que su gestión sea un caso de éxito. Vimos que las aptitudes emocionales no solo abarcan las relaciones con los demás sino que hacen un fuerte hincapié en la persona misma, al requerirle el conocimiento de si mismo, la autorregulación de sus emociones y tener una motivación interior para plantear los objetivos y perseguir su concreción, y a su vez que lo ayude, dicha motivación, para superar los inconvenientes que se puedan presentar.

Para terminar, voy a referirme a las conclusiones de un estudio realizado por Goleman, efectuado sobre altos ejecutivos que fracasaron y los motivos por los cuales llegaron a esta situación negativa. Los errores más comunes entre las personas que fracasaron eran:

  • Rigidez: la incapacidad de adaptar su estilo a los cambios de la cultura de la organización o de aceptar y asimilar la crítica constructiva sobre las características que debían cambiar o mejorar. Les faltaba la capacidad de escuchar y aprender
  • Malas relaciones: este es el factor que fue mayormente mencionado: líderes implacables y ásperos en las críticas, insensibles y exigentes, al extremo de generar enemistad con quienes ellos trabajaban.

Ambos errores están relacionados con aspectos de la inteligencia emocional, por lo tanto se refuerza la importancia de contar con el dominio de cierta cantidad de las aptitudes emocionales que hacen parte de la inteligencia emocional, si un líder aspira a llevar adelante una gestión exitosa.

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About Ing. Gustavo Vittek

Ingeniero Industrial (ITBA), eMBA (Universidad Siglo 21), CPIM (APICS, CIRM (APICS). En el año 2014 tomo contacto con Diseño Humano, una herramienta que permite conocer nuestro ser original, sin los condicionamientos de nuestra educación formal e informal. De una manera gráfica, simple y práctica, Diseño Humano nos permite conocer nuestra esencia, nuestros dones y áreas de aprendizaje, a la vez que nos muestra la forma correcta de llevar adelante nuestra vida, tomando decisiones desde el lugar correcto de nuestro diseño. Tenemos en nuestras manos el manual de instrucciones para llevar adelante nuestra vida de la forma más fluida y alineada con nuestra esencia. En abril de 2018 recibo la certificación de Analista de Diseño Humano Consciente, con especialización en relaciones. Estoy habilitado para hacer lecturas estratégicas, lecturas integradoras y de propósito de vida. Las lecturas de relaciones orientan a todo tipo de parejas en cuanto a las áreas de apoyo de potencial conflicto en la relación. Haciendo consciente el conflicto, tomando las áreas de apoyo y comodidad de la pareja muestro el potencial crecimiento de la relación.
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